
La Inteligencia Emocional en entornos escolares
El clima en los espacios educativos es fundamental para el aprendizaje. Un estado emocional saludable permite un mayor desarrollo cognitivo, favorece la motivación hacia distintas áreas de interés y mantiene la concentración.
Un entorno afectivo adecuado en el que la ansiedad es baja, la confianza (en mí y en otros) es alta y la comunicación fluida, favorece la consecución de logros (con su correspondiente nivel de satisfacción y bienestar) y relaciones personales gratificantes.
Para que esos espacios sean posibles es necesaria una filosofía de respeto y tolerancia hacia las diversas formas de ser, entender, vivir y sentir. Cada persona tiene aptitudes y talentos, intereses y estilos de aprendizaje distintos. Conocerlos y expresarlos es inteligencia emocional.
Toda la comunidad educativa (alumnos, docentes, familias y personal no docente de los centros escolares) tiene un papel primordial en la construcción de nuestra sociedad presente y futura.
Así todos ellos son a un tiempo destinatarios y sujetos activos del proceso de aprender a percibir, comprender, asimilar, expresar y regular las emociones como parte fundamental del desarrollo integral de cada individuo.

La excelencia educativa y la calidad pedagógica están estrechamente vinculadas a la educación emocional. La inclusión en el currículum es una demanda social, cada día más explícita, que ha de ser atendida y que reporta como beneficios principales:

-
Mejora en la autoconocimiento y autoestima de las personas implicadas y fundamentalmente de los alumnos
-
Aumento, por tanto, de su sentido de la responsabilidad y autonomía
-
Disminución de los niveles de ansiedad y estrés
-
Disminución de las conductas disruptivas y los conflictos
-
Aumento del clima de bienestar en las aulas y otros espacios educativos
-
Mejora en las habilidades de comunicación
-
Mejora en la resolución de conflictos
-
Prevención de conductas de riesgo (en general asociadas a una baja autoestima) como el consumo de sustancias y otro tipo de adicciones
-
Mejor adaptación a los entornos escolares y sociales y menor incidencia de trastornos de salud física y psicológica.


-
Mejora en el rendimiento académico
-
Aumento de la motivación y el interés por el aprendizaje.
-
Valoración de la labor docente y educativa

Consciente de este impacto, AENOR ha considerado que la Inteligencia Emocional (IE) es un valor y ha incluido el modelo i3E como modelo de gestión certificable, que acredita la buena o excelente gestión de la IE en los centros escolares.
Para obtener los beneficios de la implantación de la Inteligencia Emocional en los entornos educativos, y conscientes de que se trata de un proceso flexible y adaptado tan variado como las propias organizaciones, que debe de ser realizado de forma progresiva, pero que rinde beneficios desde el comienzo, desde Inteligencia Emocional Step by Step trabajamos por fases, estableciendo una línea base y desde ésta un plan de desarrollo que se gradúa dependiendo del contexto y la realidad particular. Ello permite observar la mejora significativa que se produce en cada estadio y el paso a los sucesivos niveles.
Cada fase puede ser certificada. Si estás interesado en culminar el proceso con el reconocimiento que supone la certificación de AENOR, te invitamos a que veas cómo funciona el modelo en Modelo i3E
¿Damos el primer paso?
Descarga nuestro folleto informativo.
¿Hablamos?
Si quieres ampliar información sobre la implantación del modelo o sobre la certificación como centro emocionalmente inteligente, contacta con nosotros.