
La Inteligencia Emocional empresarial
El beneficio sostenido tiene su origen en el establecimiento de objetivos estratégicos y en las acciones que contribuyen al logro de dichos objetivos. El retorno sobre la inversión (ROI) viene determinado por las acciones que rinden resultado visible a corto plazo y por la implantación de políticas y formas de trabajo que tienen un efecto cuantificable a medio plazo.
La investigación nos dice en este sentido que la productividad se relaciona estrechamente con el clima empresarial y con la satisfacción laboral de los trabajadores. Aquellas empresas con el sello “great place to work” obtienen resultados económicos medibles fruto del mayor compromiso de sus empleados.
Los lugares excelentes de trabajo se construyen en base a las relaciones que los empleados experimentan en el día a día.
La diferencia en un “lugar excelente de trabajo” viene definida por la inteligencia emocional, donde la confianza en la organización es un factor clave: los empleados dan lo mejor de sí mismos y se sienten orgullosos de lo que hacen, se trabaja en equipo y los objetivos de negocio se alcanzan, las relaciones con los compañeros son satisfactorias y reforzantes, y se disfruta mientras se trabaja.
En un mercado en el que el salario, tradicionalmente entendido, ha dejado de ser el principal factor retributivo, el factor personal (emocional) cobra importancia singular en la estabilidad y en la eficiencia de las plantillas.
De todos los factores de producción el más flexible, el más susceptible de generar impacto en el resultado es el capital humano.
Las entidades y las empresas son, al fin y al cabo, reuniones de personas.
Desde IESBS apostamos por organizaciones emocionalmente inteligentes capaces de liderar cambios en los mercados y en la sociedad. Promovemos un enfoque con el que convertir grupos en equipos trabajando a favor de objetivos comunes.


Los beneficios de una organización emocionalmente inteligente se reflejan en:
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Mayor responsabilidad y autonomía de los trabajadores, y por tanto mayor nivel de satisfacción laboral y personal.
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Mejora en las habilidades de comunicación
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Mejora en la resolución de conflictos y descenso del índice de conflictividad general
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Mejor ambiente laboral. Las relaciones con los compañeros son más satisfactorias
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Mejor adaptación a los entornos laborales y menor incidencia de trastornos de salud física y psicológica (disminución, entre otros de los niveles de ansiedad y estrés), lo que se traduce en menor absentismo y menos costes asociados.
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Mayor estabilidad de la plantilla. La empresa es mejor valorada por los empleados. La rotación disminuye y con ella los tiempos y costes de preparación y adaptación de nuevos empleados. La inversión en formación no se pierde.
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Incremento de la motivación hacia objetivos comunes, con mayor implicación en la tarea.
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Mayor productividad y eficiencia como consecuencia de ese mayor compromiso. Ahorro de tiempos y costes, asociados a tiempos muertos, conflictos, desinterés.
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El equipo directivo está en disposición de generar un nuevo liderazgo más efectivo que permite poner en acción todos los recursos personales, también los invisibles o latentes. Se trabaja desde la alianza.

Contacta con nosotros. Nos desplazamos a tu empresa, ampliamos la información que puedas necesitar respecto al proceso y solventamos cualquier duda que nos quieras plantear.
Si así lo deseas, estudiamos tu organización y te proponemos cambios efectivos con impacto significativo tanto en el clima laboral como en los resultados económicos.